En el Teatro
Ópera de Buenos Aires se realizó un homenaje sinfónico a Ennio Morricone compositor
de más de 500 bandas sonoras de grandes películas.
El autor se
destacó por su creatividad y realización entre otras de la música de: LOS
INTOCABLES, EL BUENO EL MALO Y EL FEO, EL PROFESIONAL, CINEMA PARAISO, EL CLAN
SICILIANO, LA MISION, ÉRASE UNA VEZ EN EL OESTE, ÉRASE UN TIEMPO EN AMÉRICA
entre otros.
Gran
expectativa se despertó en Buenos Aires al anunciarse en uno de los principales
teatros de la calle Corrientes un homenaje a un creador de música como Ennio
Morricone.
Más de 2.500
personas esperaban un show de primer nivel, pero se fueron desilusionadas. La
orquesta juvenil “Aeropuertos Argentina” totalmente aficionada y el coro
“Rendezvous” no estuvieron a la altura de las circunstancias.
En 2023 en
el Auditorio de Belgrano hubo otro homenaje con un integrante y colaborador de
Morricone, el trompetista Nello Salza, que entre canción y canción relató
anécdotas con el maestro y el proceso de crear una música incidental sobre las
imágenes de cada película. Incluso le mostró al público porteño el famoso
silbido de “El bueno, el malo y el feo”.
El teatro
Ópera de Buenos Aires, es un teatro que presenta obras con artistas
internacionales y tanto su capacidad, como las comodidades lo ubican entre los
mejores.
Comenzó el
concierto con imágenes en una pantalla de mapping de los goles del equipo
argentino ganador del mundial 78 y recordando que al maestro italiano se le
encargó la música representativa de la ceremonia inaugural (para los memoriosos
no tuvo tanta trascendencia porque popularmente se cantó otra canción con letra
en forma de marcha “25 millones de
argentinos, jugaremos el mundial” compuesta por el bandoneonista Martín Vicente
Darré e interpretada por la banda sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires con el coro estable del Teatro
Colón, no obstante la canción más cantada por la hinchada fue “Vamos, vamos argentina”).
Comenzar con
imágenes condicionó al espectáculo, ya que los tiempos de las imágenes no
coincidían con la finalización de la interpretación de la orquesta. Un error
que podría pasar solo en un festival musical de una escuela primaria.
Luego continuó
con las bandas sonoras de películas y nuevamente otro error garrafal
inconcebible en el montaje. Comenzaba con la fotografía de Ennio Morricone y
luego imágenes de la película, pero que no eran acordes con la música. Es decir,
el público asistió a la sala con la finalidad de recordar esas escenas
inmortales del cine y se encontró que mientras se desarrollaban los temas
musicales, las imágenes correspondían a “adelantos” de cada una de las
películas. Un verdadero bochorno y una sorprendente falta de producción.
Un
espectáculo pobre, caro y con muchas improvisaciones. Entre ellas un locutor
que media hora antes leyó en Wikipedia, quien era Morricone y obviamente cuando
la función no está cuidada pasan cosas como que el mapping se pixeló longitudinalmente
en la mitad de la pantalla y durante cuatro canciones hubo que “imaginar” las
escenas.
Ennio
Morricone vivió hasta los 91 años de su vida y dirigió hasta sus últimos días.
Dicen que cuando estaba todo bien, el maestro no decía nada, pero cuando las
cosas no salían como él quería, había que escuchar sus extensos sermones.
¿Se habrá
revolcado por su tumba?